Dejadme que os cuente algo…
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@AutoEstradaD |
El instante que emociona, crea un latido en el corazón tan fuerte,
como un implosión que hace temblar interiormente todo el cuerpo. Ése es un
momento que no se olvida y queda grabado en el alma.
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Allá por el año 1985, el inicio de la carretera N-323 protegido
por hileras de árboles a dos kilómetros hacia el sur de Granada, suponía en
otoño un manto fastuoso y bucólico en el que seguramente pude haber tenido una epifanía menos terrenal, sin embargo aquel sonido ronco y limpio a la vez,
apareció por nuestra izquierda adelantando nuestra montura como si de un
espectro se tratara, apenas unos segundos, quizá un minuto, fue lo que tuve
para deleitarme. Su sola presencia hizo erizar mi bello, hasta la misma nuca.
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La existencia de otros vehículos obligó al afortunado
conductor reducir velocidad lo cual reprodujo una nueva melodía de cilindros
saliendo por su escape que volvió a hacer latir mi corazón con fuerza. Solo un
instante para preparar otro adelantamiento y nuevamente serpentear entre el
resto de coches que le precedían, hasta perderse definitivamente en la
distancia. De un negro brillante, grandes rodillos en forma de ruedas y enorme
alerón, hacían creer que jamás podría despegar semejante vehículo del asfalto.
Sus rápidas y elegantes maniobras deslizándose por el negro asfalto sin uno
solo balanceo, así parecían confirmarlo.
El más escultural cuerpo diseñado por el hombre, así lo
pensé, se apareció delante de mi. Aquella figura apenas esbozaban las nalgas
más bellas que jamás había visto. Una visión que por un momento pareció un
sueño, se desvaneció. Entonces sentí ansiedad, quería confirmar que lo que
había visto era él. Llegue a casa deseoso de consultar mis más preciadas
revistas del motor, para confirmar lo que sabía y no podía creer, efectivamente
se trataba de aquella maravilla llegada de tierras germanas, el Porsche 911/930
Turbo. Entonces volví a respirar, se deshizo la ansiedad y mi corazón latió con
fuerza.
Siempre que veo un 911 recuerdo aquellos instantes.
Saludos.
Menha encantado la entrada, Pedro, una experiencia personal muy viva y maravillosamente narrada. Ese es el camino, amigo ;-)
ResponderEliminarMuchas gracias compañero por tu comentario. Seguiré trabajando y confío en mejorar día tras día, ampliando así este pequeño rincón.
ResponderEliminarUn abrazo.