10 de enero de 2016

Los accidentes del destino y el azar

@DTGes
En la imagen, un tweet en el que hace unos días la Dirección General de Tráfico lanzaba la noticia del total de fallecimientos en accidentes de tráfico con un saldo de 1.126 muertes y más de 4.800 hospitalizados. Los accidentes son una realidad y por ello desde aquí les insto a la precaución, respeto en la carretera y al resto de conductores y viandantes.

Evolución del número de fallecidos en vías interurbanas (24 horas) 1960 – 2015
Las noticias de accidentes están a la orden del día, titulares que en ocasiones pasan desapercibidos, traen sin embargo consigo una historia. Hoy quiero traer a este blog una de esas historias cuyo titular pudo haber sido así…: “Un joven de 17 años fallece atropellado por un taxi”, en la página de sucesos de cualquier periódico, no obstante aquel no fue un accidente cualquiera.

¿Qué os parece si tomamos prestada la máquina del tiempo, el DeLorean a Marty Mcfly y nos trasladamos unos cuantos años atrás?

Corría el año 1975 y en aquellos tiempos la selección española de baloncesto con jugadores de la talla de Corbalán, Brabender o un tal Miguel Ángel Estrada, se hacían con la cuarta posición del Eurobasket; Wimblendon lo ganaba Arthur Ashe; recibimos la noticia de la primera mujer en llegar a la cima del Everest; “La Naranja Mecánica” de Stanley Kubrik, llega al festival de Valladolid; un accidente de Fórmula 1 con un saldo de 5 fallecidos en el circuito de Montjuich, clausura el mítico circuito desde 1933; a nuestros oídos Cecilia nos regalaba cada 9 de noviembre “un ramito de violetas”, Barry White nos cantaba “You’re the first, the last, my everthing”; aún me resuena el “Amor, Amor” de Lolita Flores y Roberto Carlos conseguía su “millón de amigos”.

Eran otros tiempos como podéis apreciar. Pero dejadme que os cuente la historia de Erskine Lawrence Ebbin.

Un día cualquiera Erskine circulaba con su ciclomotor por las calles de Hamilton, la capital administrativa de Bermudas. Quizá el joven de 17 años iría al trabajo, a ver los amigos, encontrarse con su pareja o simplemente dar un paseo antes de ir a la playa, cuando se cruzó en su camino un taxi con el que tuvo un accidente, que le arrebató la vida de un plumazo. El bueno de Erskine, no volvería a escuchar “Feeling” de Morris Albert.

Muy probablemente los viandantes testigos de aquel suceso quedarían consternados por lo ocurrido, contemplando la escena no podían imaginar que aquello era el inicio de una historia casi irreal. No quiero ni pensar el sufrimiento de la madre cuando le dieron la noticia, ella no podría creerlo, seguramente pensaría que era una broma macabra del destino.

Aquel fatídico día no resultó ser un "día cualquiera", 21 de julio de 1975 marcaba en el calendario y se cumplía un año del fallecimiento del hermano de nuestro protagonista. Su hermano mayor fallecido un año antes también contaba con 17 años de edad, cuando circulaba con el mismo ciclomotor y en la misma calle que Erskine se acababa de encontrar con la muerte.

Las coincidencias no se quedan ahí. Contrastaron ambos accidentes y comprueban que el taxi y conductor eran los mismos que atropellaron a los hermanos, con un año justo de diferencia y con apenas 50 minutos en la hora exacta del atropello, según informó la policía. Para más crueldad del azar, seguramente pensaron que la muerte viaja en taxi, ya que el cliente de aquella “carrera”, era el mismo en ambos accidentes.

Si me permitís y aludiendo a la frase del poeta y político francés Alphonse de Lamartine (1790-1869) “La casualidad nos da casi siempre lo que nunca se nos hubiere ocurrido pedir”.


Saludos y mucho cuidado en la carretera.

Fuente (datos) e imágenes: DTG.

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